El Palacete del Embarcadero acoge la exposición ‘Le désir de partir’ el viaje de la Colección Norte, una muestra en la que están presentes obras de Chema Alvargonzález, Sergio Belinchón, Vari Caramés, Félix Curto, Leopoldo Ferrán/Agustina Otero, Hamish Fulton, Emilio González Sáinz, Eduardo Gruber, Ciuco Gutiérrez, Pablo Hojas, Ellen Kooi, José Lourenço, José María Mellado, Fúlvio Mendes, Andrés Monteagudo, Michael Najjar, Anna Olivella, Betsabée Romero, Ixone Sádaba, Adrián Tyler y Luis Vioque.
De Ulyses a la roadmovie americana, “Le désir de partir” plantea una aproximación a las construcciones culturales que rodean al hábito, a la necesidad de emprender viaje, evocadas en las imágenes artísticas que integran la Colección Norte.
El viaje aparece frecuentemente en la literatura universal como una metáfora de la vida, especialmente en lo que ésta tiene de búsqueda. A través de los viajes, buscamos la paz, la verdad, el cambio, la felicidad, el conocimiento. Si el viaje es el gran activador de experiencias y posibilidades, el désir de partir es la manifestación de nuestra necesidad de perfección, un síndrome de una insatisfacción ontológica.
Para esta exposición, comisariada por Mónica Álvarez Careaga, se han seleccionado 24 obras, pinturas y fotografías, de 22 artistas de la Colección Norte, el fondo de arte contemporáneo de titularidad regional que reúne obras de arte en un marco cronológico que abarca desde los años 90 del siglo pasado hasta la actualidad. Entre los artistas seleccionados, se encuentran los cántabros Emilio González Sáinz, Eduardo Gruber, Ciuco Gutiérrez y Pablo Hojas.
La exposición, producida por la Autoridad Portuaria de Santander con la colaboración del Gobierno de Cantabria, ha sido creada específicamente para el Palacete del Embarcadero y se despliega en los muros del espacio expositivo a modo de gabinete privado, evocando la procedencia de las obras de una única colección. Cuatro apartados temáticos caracterizan el montaje: “Camino” “Viaje interior”, “Destino” y “Nómadas” en los que se sugiere al espectador una reflexión sobre la condición viajera en la que no faltan el turismo de masas, la peregrinación religiosa, la ciudad imaginada, la autopista repetitiva o la caminata por la montaña.