En la mañana de hoy han dado comienzo los trabajos de demolición de las fachadas de la antigua Nave de Solvay, una vez que se ha finalizado con el proceso cuidadoso y lento de desmontaje de la cubierta de fibrocemento, que ha requerido un tratamiento especial de los materiales que la componían. Esta operación, necesaria para el derribo de la nave, comenzó el pasado 19 de diciembre y supuso el primer paso para la reordenación del Frente Marítimo de Santander.
Las labores para el derribo completo de la estructura y la adaptación del solar para el nuevo uso que se le dará como aparcamiento de los vehículos que embarquen en el ferry se prolongarán durante las próximas seis semanas. Posteriormente, se procederá a asfaltar la zona y a adaptarla a los viales que cambiarán el tráfico interior del Puerto, mejorando el entorno para facilitar las condiciones de trabajo de Brittany Ferries, Guardia Civil y Policía Nacional en relación con las normas de seguridad.
Estas actuaciones supondrán un cambio radical en la gestión del tráfico que genera la línea de ferry con Inglaterra. Los vehículos para embarcar accederán por el control de accesos de la calle Antonio López-Ruiz de Alda y los que desembarquen tendrán acceso a la red general de autopistas a través del Puente de Raos. Asimismo, un nuevo control de acceso peatonal se establecerá en la calle Antonio López, a la altura del edificio de Aduanas, permitiendo el paso desde la ciudad al personal encargado de las operaciones y la eventual salida en sentido contrario de los ocupantes de los vehículos que estén esperando el embarque.
Los trabajos se prolongarán durante cinco meses y supondrán una inversión de 167.000 euros en el derribo de la Nave de Solvay, y de más de 460.000 euros en la suma de todas las obras que se van a realizar.