23, octubre, 24.
El frente marítimo sumará un nuevo espacio para los ciudadanos con la recuperación de la dársena de Molnedo, cuyo proyecto de acondicionamiento se ha dado a conocer hoy por parte de la alcaldesa de Santander, Gema Igual, y el presidente de la Autoridad Portuaria César Díaz.
Acompañados por el concejal de Fomento, Agustín Navarro, y el director general de Fomento, Pablo Calvo, ambos han subrayado que la actuación, obra del arquitecto Ignacio Bartolomé, será fiel a la historia del malecón y escrupulosamente respetuosa con la identidad de los elementos que conforman este espacio ahora infrautilizado y en mal estado de conservación.
La regidora ha anunciado que la actuación cuenta con un presupuesto aproximado de 1,1 millones de euros y un plazo de 10 meses, se desplegará sobre una superficie de más de 5.000 m2 y permitirá recuperar la dársena para integrarla en el frente marítimo consolidado, ordenando los diferentes usos que acoge (peatonal, rodado, náutico, deportivo y estancial) y embelleciendo el entorno, al tiempo que se mejora la accesibilidad.
Igual ha criticado las voces que han opinado sobre el proyecto antes de su presentación y ha detallado que será una actuación que pondrá en valor la dársena, el malecón, la arcada sobre la que se asienta, así como las antiguas vías, los norays o los propios adoquines que forman el pavimento.
“Seguimos dando pasos firmes para propiciar la integración de los espacios junto a la bahía”, ha subrayado la alcaldesa, para quien esta actuación supone “un nuevo hito para la transformación de Santander”. Nuevamente, ha trasladado al Puerto el agradecimiento por su colaboración y generosidad con la ciudad.
Una vez presentado el proyecto, ha detallado, se aprobará en Junta de Gobierno en el plazo de un mes, al tiempo que ya está en marcha la elaboración del convenio para la cesión de los suelos de dominio portuario. La previsión es iniciar los trabajos después del próximo verano.
Por su parte, Díaz ha afirmado que el proyecto ha tenido dos premisas ineludibles desde el principio: Recuperar todos los elementos identitarios del lugar, tanto portuarios como ferroviarios, para ponerlos en valor, ya que este espacio viene sufriendo un deterioro paulatino ajeno por completo al resto del frente marítimo; y ordenar los usos para que se produzca la mejor convivencia posible entre las diferentes actividades.
“Estamos muy satisfechos con el resultado final del proyecto, fruto de la colaboración con el Ayuntamiento y la lealtad institucional, para seguir avanzando en el proceso de integración puerto-ciudad”, ha asegurado el presidente de la Autoridad Portuaria.
“Se trata, una vez más, de demostrar que la colaboración entre administraciones repercute siempre en el bien de los ciudadanos. La recuperación de la dársena supone una ordenación más racional y, sobre todo, la eliminación de la degradación de una de las zonas más representativas de la ciudad y más querida por los santanderinos”, ha añadido.
Por último, ha destacado el compromiso de seguir impulsando la integración puerto-ciudad y transformando el frente marítimo de Santander, utilizando para ello superficie que ya no es productiva para el Puerto.
Más detalles de la dársena y el proyecto
Históricamente, el área de la dársena de Molnedo ha sido fundamental para el desarrollo de Santander. Su construcción, en 1887, y su espigón protector marcaron un hito en la evolución del puerto, facilitando las labores de los barcos pesqueros y configurando la disposición lineal de los muelles que caracteriza la zona.
Este proyecto busca recuperar esa rica historia, respetando los elementos originales y destacando su valor patrimonial. Al tiempo, esta actuación permitirá culminar una serie de intervenciones urbanísticas que comenzaron hace años en la zona de Puertochico, como la reurbanización de la calle Castelar y del frente marítimo del Paseo Pereda.
Contempla la urbanización completa de un paseo de más de 380 metros de longitud y 16 metros de ancho, que culmina en un brazo estrecho de unos 120 metros de distancia y 4 de ancho.
La actuación prevé mejorar la accesibilidad, renovar el pavimento, dotar a la zona de nueva iluminación mediante nuevas farolas y poniendo en valor además la imponente estructura de 49 arcos que formaliza interiormente el espigón, todo ello, aprovechando las vistas y la orientación privilegiadas del lugar.
Esta arquería, testimonio vivo de la ingeniería portuaria de finales del siglo XIX, será iluminada de manera discreta pero efectiva, resaltando su belleza y su importancia histórica como parte del patrimonio de Santander.
Actualmente, el pavimento del dique está deteriorado, con adoquines originales cubiertos de mortero, sueltos o reemplazados por parches heterogéneos de hormigón y aglomerado.
La propuesta incluye levantar, limpiar y reinstalar el adoquinado, respetando los materiales originales para devolver al paseo su aspecto histórico, seguro y atractivo.
Los norays serán reemplazados por otros históricos, gracias a una cesión del Puerto, y dado que no es viable restaurar los actuales, y se mantendrá la alusión a las antiguas vías del tren que llegaba hasta casi el final del dique.
El nuevo diseño limitará el acceso rodado, reservando espacios para los usuarios autorizados y garantizando la seguridad de los peatones. Se habilitarán plazas de aparcamiento específicas para vehículos autorizados y motos, atendiendo a la gran demanda estacional, especialmente en verano, creando un entorno ordenado y seguro para todos.
Las obras incluirán la instalación de papeleras y farolas, y la renovación de servicios urbanos.